
Una Serie del Caribe muy suigéneris; Naranjeros dará pelea

ENTRE ALGODONES
Por: Rubén Benítez
Corría el mes de septiembre de 1989 cuando se anunció que Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico, por problemas económicos declinaban en ser sede de la Serie del Caribe en los años que les tocaba organizarla (1990. 91 y 92), razón por la que, junto a Juan Francisco Puello Herrera, presidente de la Confederación del Caribe, decidieron concesionar el evento, para que éste se celebrara en Miami en los años arriba mencionados.
El empresario encargado de organizar el clásico caribeño fue el venezolano Carlos Isava, presidente de la firma Polysport Inc., quien arriesgó el capital de él y sus socios, al comprar la Serie del Caribe por tres años, con una garantía de 65 mil dólares por equipo.

Puello Herrera encabezó la firma del contrato en 1989.
La firma del convenio se realizó el 13 de octubre de 1989, en San Juan, Puerto Rico, con el BoVo de Puello Herrera, así como de Ramón Pichardo, de República Dominicana; Rafael Marcial Garmendía y Alberto González Moreno, de Venezuela, y Juan Cancel Ríos y Rafael Collazo, de Puerto Rico.
La hoy llamada Liga ARCO Mexicana del Pacífico, a través de su presidente Arturo León Lerma, se opuso tajantemente, pero como la mayoría manda, no se pudo hacer nada.
El resultado fue catastrófico, ya que en 1990 el evento se jugó en un parque de futbol americano llamado Orange Bowl, el cual no daba las medidas reglamentarias, por eso, los organizadores cometieron la aberración de poner una lona gigantesca en las gradas del jardín izquierdo (que tenía una corta distancia), para delimitar la zona de jonrón.

El Orange Bowl resultó un fracaso.
Eso porque no bastaba que la bola venciera la barda, sino que tenía que pasar esa lona puesta en las tribunas para que se marcara el vuelacercas, lo cual fue en verdad terrible, además de otras tantas absurdas adecuaciones que se hicieron sobre la macha.
El público latino despreció al evento, lo que hizo que los organizadores sufrieran un “tronadón” marca diablo, pero el promotor tenía la esperanza que en 1991 las cosas fueran mejores.
En 1990 el campeón fue Leones del Escogido, con Felipe Rojas Alou, como mánager.
El representante mexicano fue Naranjeros de Hermosillo, con Homar Rojas y Cornelio García en la novena ideal.

Felipe Rojas Alou fue el mánager campeón.
En 1991, el clásico caribeño se celebró, ahora sí, en un estadio de beisbol el Bobby Maduro (casa del Spring Trainning de Orioles de Baltimore), pero con el mismo resultado, el público no fue, lo que causó que el señor Isava, “tirara la toalla”, al no ver un resultado económico satisfactorio.
Ese año el campeón fue Tigres de Licey, de República Dominicana, con John Roseboro, como mánager, quien arrasó al terminar con un 5-0.
México tuvo en su representante a Potros de Tijuana, que en ese año se despidió de la Liga.

En el estadio Bobby Maduro las cosas no cambiaron.
En el equipo ideal de ese año estuvieron los sinaloenses Mercedes Esquer (de El Batamote, Guasave) y Raúl Martínez (de Teodoro Beltrán, El Rosario) como el mejor pítcher zurdo y receptor, de manera respectiva.
Ya en 1992 la Serie del Caribe regresó a México, concretamente a Hermosillo, en donde fue un éxito, y luego, en 1993, en Mazatlán, en donde la gente llenó en cada jornada el estadio Teodoro Mariscal, demostrando que el país azteca siempre ha sido el salvador de este torneo.
Ahora, en este 2024, a 34 años de distancia veremos si en un estadio de Grandes Ligas como el IoanDepot Park, la situación cambia, porque si no, Mexicali 2025, pondrá de manifiesto una vez más que solo México ofrece una garantía cada mes de febrero.

Este año se espera que la serie sea un éxito.
NARANJEROS CON UN PLANTEL COMPETIVO
Naranjeros va en este momento camino a Miami, a donde no solo va a participar, sino que va a traerse ese título que no le sonríe a México desde el 2016.
De entrada, los tres abridores que anuncio Juan Castro, representan garantía. Ellos son Manny Barreda, Odrasimer Despaigne y Wilmer Ríos, a quienes se les debe unir en la rotación el refuerzo de Algodoneros Jeff Kinley, así como Joe Van Meter y Zach Matson, quienes vienen de tener buenos trabajos en la gran final.

Manny Barreda encabeza el pitcheo mexicano.
Un staff de inicialistas así, respaldados por un buen cuerpo de relevistas y un bateo balanceado, encabezado por bateadores con experiencia de Grandes Ligas, hacen crecer las esperanzas de que México haga un papel decoroso y pueda acabar con la sequía de casi ocho años sin una corona caribeña.
Naranjeros llega a esta justa con una racha de 11 victorias al hilo, lo cual es una clara muestra de la unión que ha hecho Juan Castro, al interior de un equipo plagado de estrellas.

Naranjeros trae consigo una racha de 11 victorias en fila.
UN DÍA COMO HOY (30 DE ENERO)
1958.- El comisionado Ford Frick anunció que los jugadores y entrenadores, y no los aficionados, votarán por los equipos All-Star.

Ford Frick.
1977.-Edward W. Stack es elegido presidente del Salón de la Fama. Sucede a Paul Kerr, que se jubila.

Stack le entrega la placa del Salón de la Fama a Reggie Jackson.
1978.- El ex lanzador Addie Joss y el ex ejecutivo Larry MacPhail son elegidos para el Salón de la Fama por el Comité Especial de Veteranos.

Addie Joss.
